Un coso taurino definitivo.


UN COSO TAURINO DEFINITIVO


La nueva Plaza de Toros se inaugura

con una corrida excepcional

Construida en unos meses, es un coso moderno con todos los requisitos del nuevo Reglamento Taurino 

      Ricardo Guerra Sancho, Cronista Oficial de la Ciudad

      A principios de este año comenzaban las obras de construcción de este nuevo coso taurino que, además, es un espacio multiusos. Pocas personas apostaban entonces por que en estas Ferias y Fiestas se pudiera inaugurar la nueva Plaza de Toros. Y muy numeroso ha sido el público de Arévalo y de fuera que han pasado día tras día, durante estos meses, por el Parque Vellando, paraje de “los tomillares”, para ver como avanzaban las obras, el montaje de la espectacular estructura prefabricada –a medida- y la agilidad con la que los operarios y las maquinarias iban colocando los bloques, uno cada cuatro minutos... Pero pronto se pudo advertir que los plazos se cumplían y el coso estaría preparado para su inauguración en la Ferias y Fiestas de San Victorino de 2009.

     Cuando escribo estas líneas, ya conocemos el extraordinario festejo taurino que se celebrará para su inauguración. Una corrida de toros de primer orden para la que ya se están reservando entradas. Es todo un acontecimiento. Tres extraordinarios matadores, de los primeros del escalafón: Manuel Jesús EL CID, Miguel Ángel PERERA y CAYETANO, con toros de Salvador Domeq, de Vejer de la Frontera (Cádiz).

     Una plaza de toros moderna, amplia, cómoda y sobre todo segura, equipada con todos los detalles que exige el nuevo Reglamento Taurino y que ya ha sido bautizada como la “pequeña perla de las plazas de toros” 

     Es Arévalo una ciudad con antiguas tradiciones taurinas muy arraigadas en los arevalenses y comarcanos, en la que siempre cualquier festejo estaba acompañado del “correr toros”. Por su estructura urbana, estrecha y alargada, está jalonada de hermosas plazas y plazuelas, y en todas ellas se han celebrado festejos taurinos. Las más conocidas o de más reciente memoria, la Plaza de la Villa, la de El Real y la de El Arrabal. Al efecto se montaban plazas con cerramientos, talanqueras y tablados de maderos, o “de palos” como se decía popularmente y así fue durante siglos.

     Llegó  la época moderna en que los festejos taurinos populares, aunque se siguen celebrando, dejan un hueco a lo que conocemos como corridas modernas, una lidia reglamentada y realizada por profesionales del toro.

     Nuestra Ciudad, que a mediados del s. XIX experimentaba un cierto renacer, se plantea la construcción de un coso fijo, de fábrica y definitivo. Así tenemos un primer intento, una escueta noticia nos dice que en el año 1864 se construye una plaza fija que debió de ser de madera, pero con carácter de permanencia. En ella lidiaron los toreros Domingo Mendívil, Santiago Tarusa y Paco Frascuelo, en una tarde memorable según dicen las crónicas. No conocemos el lugar de su ubicación ni el tiempo que permaneció.

     En 1891 tenemos interesantes noticias de otro intento de construir una plaza, la que sería la primera fija. Es una iniciativa privada que fue alentada por el compromiso municipal de subvencionarla. La propuesta esta recogida en un acta del día 18 de septiembre de 1891 de esta forma: “Dióse cuenta de una instancia promovida por D. Miguel Tartas y D. Simón Martín, de esta vecindad, pidiendo se les dé una subvención para la plaza de toros que están construyendo en esta Villa; por unanimidad se acordó tomarla en consideración y designar á los señores Vara y Varadé para que informen sobre el particular... El día 23 siguiente, en otro pleno, se entabla una curiosa discusión sobre el tema, muy elocuente porque nos descubre ciertos aspectos a destacar. Por un lado, el consistorio estaba cansado de tantos cosos improvisados, por seguridad y por costos, y mira con buenos ojos la iniciativa, pero realiza un pliego con muchas condiciones y pocos recursos. Que si el plazo de la subvención es largo... que si el importe es mucho... Por otra parte, esa iniciativa es alentada por el compromiso de subvención al menos durante diez años. Eso se interrumpe y como veremos, la plaza nunca se finalizó. Se exigen toros el día de Santiago, entre otros muchos requisitos. Veamos alguno de ellos: “La comisión habiendo examinado la precedente exposición dice: que no ve inconveniente en apoyar la proposición de los exponentes mediante las condiciones que se expresan. La subvención será por diez años y mil quinientas pesetas, obligándose los contratistas á dar cuatro toros de muerte en cada uno de los días 1º y 4º de la feria, dando los novillos embolados para ser lidiados por el público... El día 25 de Julio de cada año... se comprometen á dar seis novillos embolados para ser lidiados... si los empresarios dieran toros de muerte en dicho día, se comprometerán á dar dos novillos embolados... y si por circunstancias imprevistas no pudieran dar toros en los días de feria, los contratistas á quienes se subvenciona, estarán obligados á ceder al ayuntamiento la plaza... para las novilladas en la feria ó Santiago... Si dejasen de dar corridas de toros en los días de feria la subvención terminará... entendiéndose que esta comisión solo apoya la subvención siempre que la plaza sea en un todo igual á la de Ávila, según indicación de los solicitantes.

     Uno de los factores decisivos para la concesión es que el Ayuntamiento “...ve á gusto ese nuevo elemento de vida para la localidad...” y un reproche curioso: “...que (los promotores) han dicho diferentes veces no eran partidarios de aquellos espectáculos y ahora aparece patrocinándose por los mismos lo que antes se ha tenido como malo...” y otro factor importante, que “...al ayuntamiento le resulta mas barato, tal como se pretende ahora que como se ha hecho hasta aquí, si han de darse novillos en estos diez años y además se consigue la ventaja de que con las corridas propuestas se atraen gentes á la feria, que es el objetivo del ayuntamiento.”

     La construcción de la plaza avanza y en octubre de este año están utilizando para ella un volquete y una cuba del Ayuntamiento.

     El año 1892 se inaugura, evidentemente sin finalizar, con una corrida a cargo de los matadores Raimundo Rodríguez y Francisco Sánchez Povedano.

     El año 1893 se celebraron dos corridas benéficas para el Hospital, acontecimiento del que tenemos un precioso cartel anunciador. Hay documentado un nuevo festejo en 1911, también a beneficio del Hospital de San Miguel. En 1995 ya se debía haber interrumpido la subvención, porque en el Pleno anuncian: “...que con objeto de fomentar la concurrencia á la feria... el Ayuntamiento acordó algunos gastos... dos o dos mil quinientas pesetas á quien diera una corrida de toros el domingo y otra el martes iguales o superiores que las anteriores...

     Unos años después, en 1902 nos dicen las actas municipales: “...no figurando como festejo de ellas ninguna función de capea de ganado bravo, que es sin dudar la que más publico atrae... tres Señores vecinos de la localidad y uno forastero, prometiendo dar una corrida de toretes en la plaza de toros de ella... para ello se concede una indemnización a Telesforo Gómez Pineda, Luis López Mez y Federico Perotas Prado. En 1903 aparece otro miembro de la empresa taurina, Gerardo Palomo Fernández.

     Durante los años posteriores, asistimos a unas circunstancias similares y continúan los festejos, no sin cierta incertidumbre cada año al llegar las Ferias. Respecto a los toros de Santiago y la Virgen de Agosto, el año 1904 es el último en que se celebran, aunque en repetidas ocasiones el pueblo pide con insistencia su celebración, llegando incluso a registrarse algunos altercados y alteraciones del orden público, que ocasionó  en 1918 la dimisión del Alcalde y el 1r. Tenien te de Alcalde, porque ”...no hemos encontrado festejo que sustituya a los novillos...”

     El año 1914 es muy significativo. El Ayuntamiento no aporta dinero alguno para estos festejos ni para otros, dejando libertad a los empresarios para la realización a su costa, aplicando criterios de máxima austeridad. En efecto, en agosto tenemos en nuestra ciudad repatriados de la Guerra Mundial, no hay recursos y se plantea cómo hacer frente a ese contingente de obreros, por lo que se decide que el dinero de las fiestas se destine a atender a los repatriados.

      También este debió de ser el último año en que funcionó la inacabada plaza de piedra, porque en las Ferias de 1915 encontramos los festejos taurinos trasladados a la Plaza del Arrabal. Allí permanecerían hasta 1957 en que pasan a las plazas portátiles.

      En el pleno del 22 de mayo de 1918 encontramos una reclamación que nos muestra que aquella plaza de toros fija, nunca fue finalizada:“El Sr. Muriel ruega se le abonen los gastos que tiene hechos para dar principio a la construcción de una plaza de toros y que no ha podido construir por retirarle el Ayuntamiento la subvención que le tenía concedida...” Aunque “El Cossío” dijo que tenía un aforo de 5.000 espectadores. Tenemos un documento gráfico histórico, una fotografía que, aunque de mala calidad, muestra un espectáculo en esta plaza y se aprecia que está inacabada.

     Desde entonces, en varias ocasiones el tema salta al ruedo, nunca mejor dicho, cíclicamente, y no hay corporación que no prometa su construcción. Incluso ha existido un terreno que fue enajenado con este fin, para un proyecto que en los años 60 se cifraba su coste en dos millones de las antiguas pesetas.

      Quiero finalizar diciendo que ahora sí podemos decir que una antigua aspiración de la ciudad se ha cumplido. Y las promesas, noticias y comentarios realizados en las “Jornadas Taurinas” y otros mentideros, ya son una realidad. Cuando estas líneas salgan a la luz pública, ya estaremos muy cerca de su inauguración oficial. Larga vida a este precioso coso que ya es orgullo de la Ciudad.

     Extra de Ferias y Fiestas de San Victorino 2009

     Pies de fotos: Plaza de Toros antigua hacia 1892, archivo R. Guerra.

     Cartel del festival de 1893 benéfico, archivo J. L. Corredera

     Aérea: la última plaza portátil. (Cedidas por Andrés Martín)

      Vista de la nueva Plaza de Toros